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domingo, 9 de septiembre de 2012




Mercaladrones









Reza un viejo refrán castellano viejo que quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Yo, como cristiano, no sé si más por viejo que por diablo que soy, le absuelvo, y de buen rollo, sus pecados, a aquel alcalde andaluz de palestina bufanda, quien, cansado y harto de paños calientes y de medidas bobaliconas contra la pobreza, decidió agarrar el carro por los cuernos y asaltó en masa un Mercadona, saliendo posteriormente con un montón de comida que fue pagada con la tarjeta de la ilustrísima biblioteca municipal de Tomelloso (es un decir). Pues bien, ante tal medida, los de siempre pusieron el grito en el cielo, le motejaron, a este alcalde, de subversivo, de bolchevique, de enemigo público número uno, a falta de otro Bin Laden, y hasta hubo quien pidió su cabeza en una bandeja de plata. Todo muy clásico, la misma murga de todos los días, para no decir que el paro, la falta de perspectivas, el fracaso de un sistema, son en realidad los verdaderos responsables de que actos como el suyo tengan lugar. Bueno, pues resulta que Mercadona, ese sacrosanto templo lleno de mercaderias y mercaderes, resulta digo, que robaba a su clientela con ocultación y alevosía, comercializando cremas de protección solar que eran ful. Uno piensa que le está dando al culito de su hijo un producto de confianza para que no le queme la solana y en realidad lo que está haciendo es echarle aceite como a un lechoncillo al fuego, toma castaña...El problema no es que esto haya ocurrido en Noruega, donde  el sol se toma embotellado, cosas del Tío Lorenzo, sino en Spain, donde tomar el sol sin una protección adecuada, con lo del ozono y todos esas historias, te puede salir pero que muy muy caro. Y ahora que la sanidad va a ser de pago, los gastos médicos que genere el cáncer de piel, ¿te los pagará Mercadona?




 La coropración del Mercadona ha estado robando y estafando a su clientela de modo solapado y vergonzante. Yo le perdono de sus culpas al alcalde andaluz, cuyo nombre no recuerdo, de todo corazón, porque sé que ha actuado de buena fe, a cara y pecho descubiertos, y con intención de ayudar. A  Mercadona no. No puedo, porque han actuado taimada y ruinmente, persiguiendo el máximo beneficio con el más bajo coste y sin importarles lo más mínimo la salud de las personas...y encima diciendo que no tienen culpa de nada. Muy capitalista todo, si señor... y muy victoriano. Cuando se hurtan cuatro quesos parece que se acaba el mundo, pero cuando nos pretenden meter como liebre a un tigre de bengala nadie protesta, que casualidad. Tal vez sea que cuando la culpa es múltiple y colectiva, y sobre todo, si lleva traje y corbata, como que parece que el delito no lo ha cometido nadie. En cambio, si el chorizo es uno e individuable, lleva barba y palestino, y ha robado unas bagatelas, su peligrosidad social se multiplica por mil... Vae victis!




(Por Mr. JR, desde Bolonia)









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Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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