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domingo, 9 de septiembre de 2012




Dia de reyes







A Juancarca Primero no paran de lloverle las desgracias. El otro día en la JóDT le pillaron in fraganti arreándole un manotazo a su chófer personal. Vale que no fue una agresión seria, pero a saber qué habría hecho el Campechano de haber tenido cerca una escopeta (seguramente, vista su torpeza, matar a cualquiera que pasase por allí), y es que a su real persona no le daba la aún más realísima gana de andar unos metros para ser recibido en olor, que no honor, de multitudes, convaleciente como está de su operación triunfo de cadera. Ay, qué tendrá África que todos vuelven de allí hechos polvo. No soporto al rey, me cae gordo. Siempre me ha parecido una especie de muñegote insulso al que se sacaba para dar ambiente en procesiones, desfiles y fiestas de guardar en el armario, un personaje sin gracias al que había que reírle las inexistentes susodichas, generando incomodidad y mal rollo, como un orgasmo fingido, vamos.




El Juancar es un regalín que nos hizo Franco antes de morir y al que tenemos que aguantar mayormente todas las navidades pasadas, presentes y futuras, como a los fantasmas del  cuento de Dickens, o como a ese loro horroroso que se trajo de Borneo aquel tío al que nunca soportásteis y que encima os lo legó en testamento con la obligación de cuidarlo y mimarlo so pena de no ver un duro del resto de la herencia.




En cambio, me cae bien la reina. Me conmueve, lo reconozco, su perpetuo mohín de tristeza y hastío. Parece una mujer bastante sensible y sencilla, amante de los animales, que odia las  corridas de toros ( algo imperdonable en el apolillado mundo de rancios y abolengos en el que profesionalmente-noblesse oblige-se tiene que mover), que es capaz de leer a Tucídides y a Homero en su lengua original. Se nota en ella un gran talento desperdiciado, obligada como está a hacer de mueble heráldico, de mujer florero, de aparcamiento de algunas ya marchitas flores de lis, de sopor-te y de tenante de un gilipollas en las grandes ocasiones, del que debe de aguantar cuernos, y tal vez bastardos.




No soy antimonárquico, como podéis llegar a pensar. Me caen bien Príamo, Ulises, Arturo, Elvis y Midas, entre muchas otras coronadas testas. Para los que sepáis francés, hago compras en Leroy Merlin, y Sir Walter Scott y don Robert Louis Stevenson me convencieron con la sibilina prosa de su obra de que apoyase de todo corazón la causa jacobita allá en la brumosa Escocia, y con ella a la casa de los Estuardo, legítima pretendiente al trono del país del güisqui. Y no soy yo el único en esto de defender la monarquía como válido sistema de caudillaje: Valle Inclán, el anarquista fumeta, le dió en sus obras a los partidarios de don Carlos la posibilidad de expresarse  en modo y manera tales que no hubo otro literato que llegase a hacer tanto por dicha causa, por muy perdida que estuviese.




Regocijémonos de todos modos, de no vivir en el medioevo, época en la que a ése chófer, seguramente, le hubiesen defenestrado, que es el modo cultureta de decir que habría volado sin alas y en libre caída desde algún balcón de palacio. Pero hoy en día los reyes son más civilizados, simplemente ocurrirá, como es bastante probable, que os crucéis con él en la oficina del Inem la próxima vez que vayáis por allí a renovar, y, como decían en el Equipo A, tal vez puedan contratarle.  




Tal vez la solución a todas estas cansinas polémicas de reyes sí, reyes no, sea la de una monarquía electiva como la que tuvo Venecia: yo propongo que cada X años nos gobierne un monarca distinto: un Saboya, o un Bonaparte, para empezar con algunas de las casas pretendientes al trono de España. Luego podríamos ampliar el sistema a otras casas reales de ajenas naciones. Incluso podríamos intercambiarnos los monarcas con otros países que poseyesen aún este modo de gobierno. Sería como una especie de Erasmus de las Coronas, de juego de tronos. No veo la hora en la que, como si fuese el día de Reyes, llegase para gobernarnos, por ejemplo, el sultán de Bahrein, con su séquito de camellos y su cabalgata de dadivosos eunucos negros de verdad, y no pintados, distribuyendo a manos llenas presentes a la hispánica caterva.




Y es que la monarquía, aunque se vista de seda, monarquía y mona se queda.   



(Por Mr. JR, desde Bolonia).






5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues quizá la reina lea a Homero en griego(ella es griega) esté amargada, triste, soporte cornamentas con las que entre de lado por las reales puertas y ame a los animales pero se le escapa en lo poco que trasciende de sus opiniones ese rancio desprecio por el pueblo llano y su derecho a abortar a la eutanasia o al matrimonio gay.
Así que aunque se agradece tu prosa por estas Zanjas JR, yo sí soy antimonárquico y además "siempre me he cagado en las dinastías y en las patrias Putas la banderas sucias
los reinos de mierda y la sangre azul"
El séptimo.

Mr. Zanjas dijo...

Pues mira tú, esa no me la sabía, ¿de quién es? Me sé la de:
"las medallas son chapas de hojalata
las banderas son trapos de colores
en la guerra morirás por su dinero
en la guerra morirás por su interés..."

Y no obstante, ahora, ando enganchado a Juego de Tronos... Contradicciones de la vida.

Anónimo dijo...

Querido Jotilla, felicidades por las "columnas", siempre es un placer leerlas.
Pero parte de esta en concreto, daría lo que fuera por verlo publicado en un La Razón o ABC. Soy antimonárquica total, vamos, que ni el, ni ella, ni su casposo árbol familiar me caen bien. Solo decirte que respeto que la reina a ti si te mole como tal, pero no lo comparto. E de decirte, que la única y simple razón por la que a esta señora no le gustan las corridas de toros, es porque un bello día le dio por ser vegetariana, si no lo fuese, acudiría regularmente a ese tipo de carnicerías como socialmente dios manda. También decirte, que desde hace muchos años ella no tiene que llevar ninguna cornamenta ni aguantar desprecios ni meteduras de patas del rey de copas, porque llevan la friolera de años separados. Y esto te lo puedo asegurar que soy una licenciada en cotilleos del corazón, finamente llamados, novedades del mundo social y cultural. Evidentemente esto nunca te lo van a decir en un telediario ni en un programa de actualidad, pero si en los odiados y de vez en cuando vistos por mi (que no enganchada) programas donde se reparte cera por doquier a todo este tipo de personajillos variados.

¿Por que no lo hacen oficial si como personas que son tienen los mismos problemas que cualquier choni que se precie?. Es mejor hacer el teatro de cara a la galería pero seguir viviendo en palacio, a provocar un efecto domino y dejar sin blanca, sin cochazo y sin casona a toda esa familia de conejos que "todos hemos criado" y que no hacen mas que parir y parir por que no les cuesta ni un solo pavo ganado con sudor. No hace falta hacerle un fondo de ojos a la reina para verle a ella también el símbolo del dolar en sus pupilas. Es una más subida un carro de oro macizo y rezando para que este viva la pepa nunca se le termine. ¿Para que necesitamos un rey si su único papel es ser el eco de lo que dice el gobierno? Por lo menos los reyes de la historia antigua se lo curraban y recorrían kilómetros y kilómetros a caballo para luchar o discutir por lo que querían que fuese suyo. Pero a este le suben en un avión particular, con una caja de buenos vinos españoles, con destino Jordania, por ejemplo, para decirle tres chorradas a un alto mandatario que si me apuras hasta con dos minutos de Skipe bastarían :) y después, eso si, culminar la visita para lo que él realmente ha ido hasta allí, ponerse hasta el culo con sus coleguillas jordanos de comida, alcohol y shisha, y si se tercia, dejarse hacer también una buena limpieza de sable gratis... etc etc, etc. Diplomaticamente hablando, lo que él llama dar un buen servicio a España.

A TOMAR POR CULO! los intocables delmio parné, prefiero no llevarme cuatro cotilleos a la boca :) pero que todos los españoles tengamos en nuestro bolsillos un puñado de euros mas al mes.

Sánchez Gordillo, libranos de este mal, amén.

besos

nuevamente esclavizada en el mundo laboral :) Rosi

Anónimo dijo...

Paquito, creo este blog se come alguna que otra letra de lo que escribes.

Mr. Zanjas dijo...

Las Zanjas son profundas, pero estrechas; según van cayendo las palabras, rebotando contra las paredes, algunas letras se pierden.

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Zanjas profundas en tu mente
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Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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