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miércoles, 29 de mayo de 2013




Libertad, libertad...

[...] Aparte de él sólo había familias, cada una con dos o tres niños. Delante, un rubiales de unos cuatro años gimoteaba reclamando no se sabía qué, luego se tiró al suelo de golpe, aullando, temblando de rabia; su madre intercambió una mirada agotada con su marido, que intentó levantar al pequeño y vicioso crápula [...] todas las teorías de la libertad, desde Gide a Sartre, no son sino inmoralidades concebidas por solteros irresponsables.



Michel Houellebecq, El mapa y el territorio, Ed. Anagrama, pág. 156.

lunes, 27 de mayo de 2013




Un oficio periclitado

Jed había proyectado en varias ocasiones hacer un retrato de uno de aquellos hombres castos y abnegados que, cada vez menos numerosos, atravesaban las metrópolis para aportarles el consuelo de su fe. Pero había fracasado, ni siquiera había conseguido capturar el tema. Herederos de una milenaria tradición espiritual que ya, nadie comprendía realmente, en otro tiempo situados en primera fila de la sociedad, los curas se veían actualmente reducidos, al término de estudios espantosamente largos y difíciles que abarcaban el dominio del latín, del derecho canónico, de la teología racional y de otras materias incomprensibles, a subsistir en miserables condiciones materiales, a pasar de un grupo de lectura del Evangelio a un taller de alfabetización, a decir misa cada mañana para unos feligreses escasos y avejentados; todo goce sensual les estaba vetado y hasta los placeres elementales de la vida familiar; obligados sin embargo por la función que desempeñan a manifestar día tras día un optimismo forzoso. Los historiadores del arte observarían que casi todos los cuadros de Jed Martín representan a hombres o mujeres ejerciendo su profesión con un espíritu de buena voluntad, pero lo que se expresaba en ellos era una buena voluntad razonable, en donde la sumisión a los imperativos profesionales te garantiza en cambio, en proporciones variables, una mezcla de satisfacciones económicas y de gratificaciones del amor propio. Humildes y sin dinero, despreciados por todos, sometidos a todos los ajetreos de la vida urbana sin tener acceso a ninguno de sus placeres, los jóvenes sacerdotes urbanos constituían un tema desconcertante e inaccesible para quienes no compartían su fe.



Michel Houellebecq, El mapa y el territorio, Ed. Anagrama, pág. 88.

viernes, 24 de mayo de 2013




Feliz Día del Orgullo Friki



Sí, amigos, hoy es ese maravilloso día en que nuestras fantasías deberían cobrar realidad, pese a la que está cayendo. La mayoría de nosotros pertenecemos a esa de-generación que creció queriendo ser astronauta de mayor, y ha logrado ser solo precaria...como cambia la película...En el colegio se nos explicaba que en el año 2000 todo estaría hipertecnificado y mineralizado, y que robots inteligentes se ocuparían de todos nuestros quehaceres domésticos y salvajes...Pero, pasada ya una década de aquellos sueños de ovejas eléctricas, los hombres de negro se dedican a perseguir a los morosos y rabiosos escuadrones de esbirros acorazados mandan a familias enteras al espacio exterior, también conocido como la puta calle...



 Pero hoy, 24 de mayo, no me voy a poner a lanzar anatemas contra este sistema cada vez más distópico, injusto y orwelliano que se nos ha creado, porque es un día de soñar, crear e inventar realidades paralelas para lelos como nosotros, pobres humanoides que hemos prescindido del 1 de mayo porque no tenemos un trabajo digno, y encima por no tener no tenemos ni un santo patrón, que a mi entender debería de ser Santo Tomás de Aquino, el santo más friqui, creo, del calendario...es verdad que no conocía la machina computatoria o el computatrum, que es como se dice ordenador en latín, pues en sus tiempos aún no se había inventado, ni tampoco se conectaba a interrete, que aún no existía, pero intercambiaba ficheros y archivos con monjes de monasterios de todo el orbe cristiano de la época, con los que se escribía en latín (hoy lo haría en klingon), controlaba su correo a diario y se hizo construir una mesa de trabajo con un rebaje en el tablero que la permitía acomodar su enorme barriga, producto del sedentarismo de sus aficiones lectoras y escriturarias...además aborrecía el sexo y la violencia...lógico que sin mojar acabase de monje...todo un friqui avant la lettre, si Señor: ¡cómo se parece la edad media a nuestros tiempos! Bueno, el hombre medieval no conocía la precariedad laboral...



Pero si los friquis de todo el mundo debiésemos escoger un patrón imaginario, antes que uno real, que de ésos las cátedras de Matemáticas y Filosofía están bastante saturadas, ése sería sin duda Don Quijote de la Mancha...No pienso que haya un personaje más friqui en la literatura que este hidalgo sin oficio ni beneficio...Cambiad sus libros de caballerías por fantasías interplanetarias, el yelmo de Mambrino por la oscura celada de Darth Vader, los molinos de viento por la realidad virtual, la cueva de Montesinos por la filmoteca, y ante vosotros tendréis al antihéroe del siglo XXI refugiado en su mundo interior de castillos y princesas encantadas...Sus tragicómicas aventuras surgen de ese choque de ambos mundos...Disfrutad de ellas olvidando lo que aprendísteis de Cervantes en el instituto copiando descaradamente en la EGB, pues con la buena literatura pasa como con los condones, están hechos para dar placer, no para atormentar...



Mas dejémonos de clases magistrales...Hoy mi espíritu cabalgará con todos vosotros por la Gran vía sosteniendo una espada láser, cortando cabezas de endriagos y vestiglos venidos de allende...Disfrutad de la cabalgata tanto como mi persona, ah, y por supuesto,



que la fuerza os acompañe...  





Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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