zanjas.profundas@gmail.com

sábado, 26 de noviembre de 2011




Somos los que sobran


El punk no ha muerto... Parálisis se han reencarnado: 








Buscad, buscad en youtube. 




Joer, Mireya tiene razón, los hay más punkies:










jueves, 10 de noviembre de 2011




Rodriguez Ibarra habla de la crisis con Toni Garrido






miércoles, 5 de octubre de 2011




Acercándonos a la profunda zanja del fascismo


Parece algo inevitable, algo que algunos visionarios, estimulados por
las drogas, los estudios de historia, nuestros miedos y sí, también,
probablemente nuestros deseos más profundos, estamos viendo llegar: el
fascismo avanza.



Y no se trata como algunas mentes romas, simplistas, pueden creer al ver
ganar las elecciones a Esperanza Aguirre, a Mariano Rajoy y a sus
secuaces, pues estos de fascistas no tienen absolutamente nada, son una
mezcla de liberales en lo económico y retrógrados en lo cultural.




Pero ya llevamos mucho tiempo soportando una economía liberal. Si acaso,
lo que viene solo será una vuelta de tuerca, que no es poco. Y poco,
poco a poco (o quizá rápidamente, dependiendo de lo imprudentes que
sean) nos irán despojando de todas aquellas conquistas sociales que
consiguieron nuestros abuelos incluso perdiendo la guerra, pues el
franquismo no tuvo más remedio que promover políticas económicas de
corte estatal y, por ende, universal (cuestión aparte es que se
cepillaran a los opositores), para garantizar una cierta paz social,
algo lógico, por otra parte, tratándose de un movimiento político que
competía contra el comunismo.




Nos quitarán los pocos subsidios que cobramos los pobres, los
desahuciados. Nos quitarán el derecho a cobrar el paro, paro que ya
hemos pagado nosotros mismos mientras estamos trabajando. Nos quitarán
la jubilación y moriremos a los 70 o 75 bajo el peso del trabajo. Eso si
llegamos a viejos, porque también nos quitarán el derecho a la sanidad
pública, como ya están haciendo en Cataluña. Pero da igual, porque las
generaciones venideras no sabrán que hubo momentos mejores, y no lo
sabrán porque no habrá una enseñanza pública donde les enseñen Historia
(aunque también es verdad que nunca se llega al siglo XX, como mucho y a
duras penas al XIX).




"Recortes", les llaman. Hay pocos ingresos, muchos gastos, y hay que
recortarlos. Hubo momentos en que algunas de esas partidas de las que
hemos hablado antes y que se van a recortar eran llamadas inversiones,
como la Educación, las Obras Públicas, etc. El Estado ya no recauda lo
necesario para invertir socialmente, ¿por qué? ¿Quizá porque se hayan
ido bajando los impuestos progresivamente? No lo sé. ¿Quizá porque ya no
le prestan dinero los mercados? Los MERCADOS, oh, solo oir esa palabra
da miedo: ¡Cuidado, que viene el Mercado! ¿Y por qué ya no le prestan
dinero? ¿Porque no podrá pagarlo? ¿Antes sí? ¿O es que antes no existía
tanta competencia financiera y ahora todo está a la baja? El Estado
griego ya no tiene para pagar a sus funcionarios; puede que tenga
muchos, no digo que no, pero antes este problema podía camuflarse mejor
pagando con la moneda que emitía el Banco Nacional, esto a la larga
generaba problemas de inflación, de desequilibrio en la Balanza
exterior, depreciación de la moneda, etc. Pero no suponía un problema
tan sangrante como ahora que el Banco Nacional no puede generar euros,
es decir, que no es nacional, sino, a lo sumo, una sucursal del Banco
Europeo.




En fin, que estamos ante una ola, un tsunami, de privatización de los
servicios públicos, estatales, porque el Estado no puede pagarlos; unos
servicios que nos garantizaban cierta protección social. La pregunta es
muy sencilla de formular, otra cosa es contestarla: ¿hasta cuando vamos a
seguir aguantando? ¿Dónde está el límite de la tolerancia social ante
el ataque del liberalismo económico?




Muchos de los intelectuales de izquierda ya ven venir una nueva ocasión
en la que despertará la conciencia de la clase trabajadora que nos
llevará a una nueva Revolución o, al menos, a una recuperación de lo
perdido.




Otros, en cambio, vemos avanzar soterrada, lentamente, un nuevo tipo de
fascismo, probablemente exento (o no) de componentes racistas, xenófobos
y religiosos pero con una idea muy clara del enemigo a batir, banqueros
y políticos liberal-demócratas; con una idea también de la defensa a
levantar, un Estado fuerte con una Banca (de nuevo) Nacional, con una
Economía dirigida a levantar el país, con ciertas protecciones sociales
y, cómo no, con altos grado de violencia policial y militar para
mantener a raya a todo el que se desmande; un auténtico
nacionalsocialismo o socialismo nacional, que a la postre vinieron a ser
lo mismo.




Ya ocurrió en el siglo XX, en la época de entre guerras: una crisis
monumental se cernía sobre Europa, una crisis que era consecuencia de la
Primera Guerra Mundial, sí, pero en la que también intervenían los
movimientos bursátiles, los grandes capitales, dictando la dirección y
el ritmo de la vida de millones de personas. Las masas reaccionaron
entregándose a los movimientos autoritarios, de izquierdas o de
derechas, para que el Estado retomara las riendas de la economía
nacional y les garantizara un mínimo de seguridad. Donde menos violento
resultó este movimiento fue en Estados Unidos, donde la administración
Roosvelt puso en marcha el New Deal, una política intervencionista sin
salirse de los márgenes de la democracia parlamentaria. ¿Es posible hoy
día y en Europa una política de este tipo? Más bien parece que no, más
bien parece que los tiros irían por otro lado.




A mi alrededor lo escucho todos los días, en todos los sitios:
"banqueros, unos ladrones, sin palancas y de día, políticos estafadores,
juegan a vivir de ti...", "que se bajen ellos los sueldos", "que se
vayan al paro"... Nada nuevo, por otro lado. Pero llegará un momento en
que algún carismático demagogo levante su voz por encima del murmullo,
señale la fuente de nuestros males, fuente que ya conocemos, y proponga
una solución tajante. Llegará el momento en que un grupito de generales
salvapatrias, algunos de la antigua UMD, dirijan a sus mercenarios al
Congreso y a la Bolsa. Y se instaurará un Estado de Excepción con la
intención de liberarnos de la dictadura económica.




Pero eso no será lo peor. Lo peor será que muchos de nosotros,
comunistas melancólicos, socialistas trasnochados, ácratas
desorientados, indignados y desencantados varios... Nosotros lo
apoyaremos.




Mussolini fue socialista y después se pasó al otro lado dando lugar,
precisamente, al movimiento genuinamente fascista; Roger Garaudy fue un
intelectual marxista y, ya chocheando, se convirtió al islam; Hitler y
Stalin firmaron un pacto de no agresión (que luego Hitler rompió y así
le fue); Jorge Vestrynge inició sus andanzas políticas en el fascismo
francés, después pasó por Alianza Popular y ha acabado como intelectual
marxista, antiglobalizador y bolivariano.




Así, pues, los extremos se tocan, quizá porque no estemos sobre una
línea, sino sobre una circunferencia, una circunferencia que delimita el
espacio de la brújula política. ¿Hacia dónde apunta el Norte? ¿Estamos
desorientados? ¿Hay alguien que tenga algo claro?
















jueves, 15 de septiembre de 2011




El valor de la educación

JULIÁN CASANOVAS
El País, 15/09/2011

Cada vez está más claro que nuestra riqueza nacional obtenida en los largos años dorados del boom inmobiliario no fue a parar a la educación. La educación, como podemos comprobar un día sí y otro también, no es una de nuestras glorias nacionales, a diferencia, por ejemplo, del fútbol o, hasta no hace mucho, de los toros. Y aunque los políticos suelen hablar de la educación, la mayoría de ellos no sienten ninguna devoción hacia ella y prefieren, por el contrario, estimular la ignorancia, la burricie y la estupidez.

La educación en España provoca mucho ruido y poco debate. En términos generales, nuestros políticos sienten atracción por el poder, la comunicación, es decir, salir mucho en los medios, y por sus votantes, aunque solo por los más fieles. Como para lograr todo eso no necesitan estudiar, sentir el amor por el conocimiento, la educación les trae sin cuidado. Hablan, eso sí, de formación, pero, en realidad, quieren decir preparación, adquirir crédito profesional a través de un título, ganar dinero fácil y con rapidez. La formación es otra cosa.

Como ocurre con casi todo en la vida, no hay una única y simple verdad sobre la educación, pero hay un acuerdo bastante básico entre los especialistas en señalar que la educación significa el desarrollo integral de los individuos más allá de la preparación profesional, algo que incluye necesariamente comprender la naturaleza de las cosas y el mundo que nos rodea. La educación es una guía imprescindible para captar los entresijos de la sociedad tan compleja que hemos creado. Conocimiento, respeto por las personas y ambición por ampliar los estrechos horizontes de la pequeña comunidad de vecinos, familia y amigos en la que cada uno habitamos. Esas son tres cualidades básicas de la educación.

Con el trasfondo de la cruda crisis económica y de las altas tasas de paro que padecemos, a muchos les gusta repetir hasta la saciedad que nunca ha habido una generación tan bien formada como los jóvenes en la actualidad, lo cual, vista la historia de España de la mayor parte del siglo XX, no significa gran cosa. Ese tópico, un lugar común bastante generalizado también en los medios de comunicación, en las tertulias y en la calle, es el resultado, por un lado, de la confusión entre preparación profesional, aunque sea chapucera, y formación; y por otro, de un desconocimiento agudo y preocupante de lo que significa la educación.

Una persona educada debe ser capaz de pensar y escribir con claridad, comunicar con precisión y pensar críticamente, algo que debería ser un requisito imprescindible para los estudiantes universitarios. No hace falta conocer mucho las universidades españolas ni ser un especialista en educación para comprobar lo lejos que estamos de esa primera y fundamental premisa.

Una buena educación, además, debe proporcionar una apreciación crítica de las formas en que obtenemos el conocimiento y la comprensión de la sociedad, conocimientos básicos de los métodos experimentales de las ciencias, de los logros sociales, artísticos y literarios del pasado, de las principales concepciones religiosas y filosóficas que han guiado la evolución de la humanidad. No se puede ser provinciano, solo del pueblo o ciudad donde uno ha nacido, sin aspirar a aprender de verdad otros idiomas, ignorando a las otras culturas o los hechos históricos que han contribuido a configurar el presente. La educación debería servir también, por supuesto, para adquirir especialización o formación profesional en algún campo de conocimiento. De una persona educada, en fin, se espera que tenga algún conocimiento sobre los problemas éticos y morales, en constante cambio, que pueda ayudarle a formarse un juicio sólido y elegir entre las diferentes opciones.

El salto de la mera preparación, de un conocimiento informado, a una apreciación crítica de las cosas, a la formación profunda, puede resultar una ambición inalcanzable, pero hay que perseguirla con ahínco a través del estudio continuo, del estímulo del hábito de la atención, del arte de la expresión y del pensamiento crítico. Desarrollar los poderes del razonamiento y del análisis no es algo que se estimule mucho entre nosotros, dominados como estamos por la mentalidad de los tecnócratas y de los corredores de Bolsa, que animan a obtener beneficios inmediatos, con un desconocimiento supino de lo que significa organizar la enseñanza a largo plazo.

La educación es un privilegio que no puede dejarse en manos de los burócratas, de los amantes de las estadísticas y del currículo, de quienes desprecian a los profesores y limitan su autoridad ante los alumnos, los padres y la sociedad en general. En los tiempos en que vivimos, rodeados de ordenadores y tecnología moderna, la información puede adquirirse sin demasiada dificultad. La educación necesita mucho más, aunque en España todavía no nos hayamos enterado.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

viernes, 9 de septiembre de 2011




Mi gato dice uyuyui...

En la zanja del salvajismo:




El animalito tenía hambre, no hacía más que pedirnos comida, pero como está a régimen no se la dábamos. Así que nos trajo este regalito a casa: "o me dais de comer, o me como esto":
































Una fiera sanguinaria, todo lo contrario al huevón del Athos de mi compañero:







Y ahora, la auténtica salvajada:

PROFESOR INDIGNADO. ¡NO A LOS RECORTES EN EDUCACIÓN!

sábado, 27 de agosto de 2011




Fotos del verano'11

Alcolea del Pinar y Borja:





Subida al Moncayo:





Gerona: La Garrocha, Cadaqués, Cabo de Creus



martes, 23 de agosto de 2011




Historia, estética, medicina y cerumen ótico

ADVERTENCIA:
Las opiniones vertidas en este artículo pueden resultar obscenas para las sensibilidades delicadas, de modo que si tú, querido lector, eres de los que se la cogen con papel de fumar, de los que no le gusta el olor de sus pedos, de los que nunca se comieron un moco de pequeño, de los que se duchan todos los días, de los que no huelen la mierdecilla que le sale entre los dedos de los pies o de los que sienten arcadas al escuchar la palabra "gargajo", NO SIGAS LEYENDO.


Tú mismo.


Me acaban de sacar un tapón de cera de la oreja derecha... Y he descubierto que tengo otro en la izquierda, pues ahora oigo mejor por la otra, y eso que la doctora me miró y dijo que estaba bien. El tapón en cuestión era del tamaño de una abejita. Yo pensaba que sería más grande, por cosas que me habían contado y porque una vez me salió espontáneamente uno del mismo tamaño. En aquella ocasión el susto fue gordo porque empezó a picarme el oído, sentí un cuerpo extraño y cuando lo vi en la mano pensé que era un bicho; lo tiré al suelo y, al ver que no se movía, me acerqué, lo observé, lo recogí y permanecí maravillado durante unos minutos. A partir de entonces me jactaba de que mi cuerpo expulsaba los tapones sin ayuda externa. Pero, claro, los años no pasan en balde y las capacidades merman.


En esta ocasión me ha dado por leer sobre el asunto y la cosa resulta bastante apasionante, pues el cerumen se utiliza por los antropólogos para rastrear migraciones, para conocer los años de las ballenas... Como todo el mundo sabrá el cerumen consiste en una secreción para proteger el oído de agentes externos como insectos, polvo, microorganismos, etc. El problema es cuando se segrega en demasía o, debido a prácticas perniciosas, apelmazamos la cerilla hacia adentro (con bastoncillos, por ejemplo), entonces se nos forma un tapón.


Parece ser que, según los médicos, los tapones de cerumen son la causa más común de hipoacusia. No dudo de que en épocas anteriores a la nuestra existieran diagnósticos sobre tapones y técnicas para extraerlos, pero la medicina solo llegaba a unos pocos. Lo que yo me pregunto es, qué ocurriría en dichas épocas cuando la medicina no estaba tan extendida como ahora lo está (bueno, ahora lo está en algunos sitios de occidente): ¿se quedaba sorda la gente para toda su vida por una mierdecilla de cera? ¿Se lo sacaban con sacacorchos? ¿Morían antes de que se les formaran tapones?


Pero ya metidos en historia reflexionemos un poco más. Hemos dicho que el cerumen es un medio de protección contra polvo, bichos, etc. Pero no es el único medio de protección que tiene el oído contra dichos agentes. ¿A alguien se le ocurre otro tipo de protección? Efectivamente: los insidiosos pelillos. Lo que no me queda muy claro es por qué los niños no tienen pelillos en las orejas y los mayores sí (supongo que será algo relacionado con el bigote, la barba y el vello de la cara en general. Pero a lo que vamos: nos hemos vuelto muy remilgados y ahora nos quitamos los pelillos de las orejas (y los de las narices, sobacos y miembros en general), pero nos olvidamos de que los pelos son un medio de protección... Vale, vale, yo me rapo la cabeza, pero es por uniformidad: si ya prácticamente estoy calvo pues mejor calvo del todo.


Por cierto, ahora que caigo, mi calvicie tiene origen, según los médicos en una "alopecia seborreica", que literalmente significa "falta de pelo por acumulación de sebo", puajjjjjjj!!!. Sebo, grasilla, cerilla... Mi cuerpo es una máquina de segregación de cosas feas, buaaahhh !!!!


El caso es eso, que en nuestra cultura se abandona la protección biológica por la pura estética. Es que mira que son feos los pelos en las orejas, ¿eh? Y al abandonar esa protección el cuerpo la sustituye segregando más cerilla. Quizá en la Edad Media no se cortaban los pelillos y no les salían tapones.


En fin, también es cierto que yo uso tapones (artificiales) para nadar, para dormir la siesta, para no escuchar las estupideces de mis congéneres, etc. Y seguramente eso también tendrá que ver en la formación del propio tapón (desplazamiento de la cerilla hacia adentro, inoculación de materia patógena adherida al tapón artificial, y es que hay que sustituirlos de vez cuando, peazo guarro).


En fin, dejo esto para echarme las gotas en el oído izquierdo y, en un par de días, operarme yo mismo: jeringuilla gorda y agua templada.


Je, je, no era para tanto, ¿no? Bueno, pues como ejercicio escatológico podéis dejar como comentarios vuestras pequeñas miserias. OJO, no valen aquellas que tengan que ver ni con la mierda, ni con el semen, ni con el orín, pues con esas materias cualquier cosa ya es escandalosa. No, no hace falta echarle imaginación, simplemente contar, bajo la impunidad del anonimato, aquello que no contarías en persona. Y no, tampoco, voy a repetirlas yo, ya tengo yo mi propio repertorio que, como no soy tan anónimo, voy a reservarme.


Hale, salud.

sábado, 20 de agosto de 2011




Críticas a la trilogía The Matrix

Pues sí, casi ocho años después he decidido ver la saga completa de Matrix. Parece mentira, ¿verdad? Quién lo iba a pensar a tenor de los colores del blog, todo un homenaje a la peli, ¿no? Pues no. Es mera coincidencia, simple gusto por el retrofuturismo estético.


Lo cierto es que siempre me dio pereza debido a las interminables secuencias de luchas y persecuciones que tiene la Reloaded, la segunda parte, pero es que el cine para el gran público es así; el gran público necesita excitarse con escenas de acción, sentir el peligro cuanto más cerca mejor (por eso ahora todo se hace en 3D). Lo de pensar al tiempo de ver una película o al acabarse ésta no se lleva mucho; películas interesantes por lo que ocultan o sugieren como La Guerra de las Galaxias o el Señor de los Anillos se ven rebajadas de nivel por esas interminables batallas donde tiene que morir algún secundario para que se vea que la cosa era seria.


Por comentarios que me hicieron algunos conocidos yo tenía ciertas ideas acerca del sentido último de la saga. Ideas que al ver las películas se vinieron abajo... Salvo que hubiera una cuarta parte. El problema es, sin embargo, que tal y como quedó la saga no estoy de acuerdo con la resolución de la trama ni, mucho menos, con la "interpretación oficial" que se le ha dado. Es más, tras ver las dos últimas partes y leer dichas interpretaciones he quedado completamente indignado (que últimamente se lleva mucho eso de la indignación).


Mucho se ha escrito sobre la interpretación de la saga y yo no he podido leerlo todo, de modo que quizá yerre en algunas de las cosas que voy a decir. Simplemente me voy a ceñir al argumento, no voy a entrar en interpretaciones filosóficas ni, mucho menos, en disquisiciones cinematográficas, aunque algunas referencias habremos de hacer, pues la propia trama de la saga no está al margen de ellas. A este respecto ya escribí un pequeño párrafo en una entrada anterior, si bien sólo se refería a la primera entrega: Acerca del solipsismo.


En dicho texto se ofrecen dos interpretaciones, la cartesiana y la política, aunque caben muchas más, entre ellas la platónica y la judeocristiana (Marcos Morán, "Matrix, creerás lo increíble").


Siguiendo un poco con las interpretaciones, pero entrando ya en materia argumental, hemos de decir que la última interpretación de Marcos Morán es la más acertada a tenor del desarrollo posterior de la saga, pues sólo basta ver a Keanu Reeves vestido de cura cada vez que entra en Matrix y su sacrificio final, cuasi crucificado, para salvar a la humanidad de la aniquilación por parte de las máquinas. Sin embargo, no es esta la interpretación oficial (más adelante hablaremos de esto).


Recordemos a grandes rasgos el argumento de la saga:


En la primera entrega se nos presenta a un individuo, Neo, que sospecha de la misma realidad. Otros individuos entran en contacto con él y, tras un viaje con múltiples referencias a "Alicia en el País de las Maravillas" (por cierto, las referencias a la literatura fantástica y de ciencia ficción es constante, especialmente a la novela "Neuromante", que ya se está rodando), despierta en un mundo completamente distinto, distópico, gobernado por las máquinas, en el que hay humanos que se resisten a esa dominación. Las máquinas extraen su energía de la actividad cerebral (eléctrica) de los humanos, metidos en urnas, pero deben mantenerlos conectados a un mundo virtual para que dicha actividad se mantenga. Dicho mundo virtual es Matrix. El resto de la película es el proceso de iniciación y entrenamiento para que Neo pueda llegar a dominar Matrix y liberar a los humanos. Hay, no obstante dos escenas importantísimas para el desarrollo posterior de la saga y para la interpretación: la existencia del Oráculo y la lucha contra el agente Smith.


Los agentes son programas de la Matrix cuya misión es buscar y eliminar a los intrusos liberados. El agente Smith será el principal enemigo contra el que habrá de luchar Neo; éste le vence desde dentro del mismo Smith destruyendo su código... O eso creemos al terminar la primera parte.


El Oráculo es, en la primera parte, una figura enigmática que dota al filme de un aura escatológico-milenarista, pues trata de la llegada del Elegido, el Mesías, el libertador del pueblo. Si a esto le sumamos el que la ciudad de los hombres libres es Sión (ciudad, por otro lado, también presente en la novela Neuromante), la interpretación judaica parece la más verosímil. Merced al Oráculo, clara referencia al oráculo de Delfos griego con el consabido "Conócete a ti mismo", Neo llegará a saber quién es, a escapar de la caverna y ver la luz (desentrañar el código de la Matrix); llegará a alcanzar la iluminación. Si bien es cierto que dicho carácter mesiánico no se compadece bien con el carácter tecnológico del filme, no es menos cierto que gran parte de la literatura de ciencia ficción sí posee dicho aura milenarista.


En la segunda entrega aparece de nuevo Smith, no se sabe cómo, renacido cual Ave Fénix de sus cenizas y multiplicado cual informático virus, es decir, liberado también del control de la Matrix. Las máquinas han pasado a la ofensiva contra Sión y la cuestión es cómo detenerlas. De esta parte lo cierto es que sólo hay cuatro momentos esenciales para comprender la trama: la existencia de Smith transformado en virus, la conversación de Neo con el Arquitecto de Matrix, la pequeña conversación con el Oráculo y el momento final en el que Neo detiene a una máquina en el mundo real. No obstante, hay otros momentos también importantes para comprender las claves en las que se cifra el planteamiento de la posibilidad de la Inteligencia Artificial, y que es la posibilidad de elegir, la libertad. Sin embargo, vamos a centrarnos en los otros momentos: en la conversación con el Oráculo ésta le viene a decir que ella es un programa; la conversación con el Arquitecto es, a mi entender, junto con el momento en que Neo detiene a la máquina real, la clave de toda la historia y del desarrollo que se hubiera debido seguir en la tercera parte.


El Arquitecto le dice que es la cuarta o quinta vez que se entrevista con él, una por cada versión de la Matrix a partir de la segunda o tercera; están en la sexta versión. El Arquitecto le dice que la Matrix debe ser reiniciada, recargada (reloaded); que Sión será destruida y que ha de elegir a 23 sujetos para refundarla, de manera que las anomalías surgidas en la Matrix (los individuos rebeldes) puedan ser reinsertadas en un sistema controlado. De no hacerlo la anomalía generada por Neo mismo destruirá la Matrix entera junto con toda la humanidad. Neo ha de elegir entre salvar a toda la humanidad y salvar a Trinity que anda por ahí pegándose de hostias con un agente. Por supuesto, salva a Trinity. Después, en el mundo real, Neo detiene a un calamar mecánico con sus poderes. Así, pues, Neo es el Elegido... ¿El Elegido por quién? ¿Por el Arquitecto?


La tercera parte de la saga es el desarrollo de las consecuencias de no haber elegido la recarga de Matrix: por un lado en el mundo real se librará la batalla contra las máquinas en Sión (batalla insufrible donde las haya, similar a la Batalla de los Campos del Pelennor, en El Señor de los Anillos), por otro, en Matrix, Neo deberá luchar contra Smith, que ya se ha extendido por toda Matrix, destruyendo prácticamente todo, y amenazando con extenderse al mundo real de las máquinas. Smith es la anomalía a la que se refería el Arquitecto, pero es una anomalía generada por el propio Neo en su primer enfrentamiento, cuando cree haberle destruido. Simbólicamente Smith es la némesis de Neo, su parte oscura. Neo se dirige a la ciudad de las máquinas donde les propone un trato, que dejen vivir a Sión a cambio de librarles de Smith. Previamente Smith ha conseguido encarnarse en un humano y ha dejado ciego a Neo, pero al igual que en gran parte de las películas de artes marciales, el verdadero iluminado es el que no necesita ver el mundo real. Neo, ciego a la luz, es capaz de percibir la materia en forma de energía. Cuando Smith intenta hacerse con Neo, transformándolo en sí mismo, clonandose a sí mismo dentro de él, como corresponde a todo virus, informático o no, la luz vence a la oscuridad, Neo muere en un acto de dación última, cual Jesucristo.


Y pienso yo: ¿es esto necesario? ¿Tanto rollo tecnológico para acabar en una mera lucha del mal contra el bien? ¿Una lucha de la luz contra la oscuridad, contra el típico supervillano que quiere destruirlo todo? ¿Tanto rollo tecnológico para acabar resolviéndose en el más elevado plano de las energías capaz de ser manipuladas por un semidios, por un "Deus ex machina"? ¿A qué viene el alcanzar ese dominio del mundo real? Bastante imaginación hay que echarle para creer en la capacidad de poder manipular nuestras mentes y en la capacidad de generar una inteligencia artificial que pudiera llegar a dominarnos, como para encima tener que creer en la magia.


Aparte de la infinidad de referencias al cine y a la literatura de ciencia ficción, la Saga Matrix hace innumerables referencias filosóficas, referencias a distintos sistemas y escuelas filosóficas, muchas veces enfrentadas entre sí, lo cual la hace susceptible de múltiples interpretaciones, múltiples significados. Y si bien en un principio los mismos Wachowski se negaron a dar las claves de interpretación de la Saga, alegando que cada cual era libre de interpretarlas a su modo, al final acabaron por hacerlo. Al parecer los hermanos, así como el padre de estos, son seguidores de Ken Wilber, un filósofo norteamericano, cercano a la New Age y al idealismo alemán, cuya tesis ontológica (la de Wilber), a grandes rasgos, es que el universo está compuesto al modo de los fractales, esto es, que las estructuras se repiten en distintos niveles (macrocosmos, mesocosmos, microcosmos...) y que al fin y al cabo el universo es un gigantesco organismo, con conocimiento y todo. En este sentido es en el que se puede interpretar la saga Matrix como un viaje de autoconocimiento del universo a través del Elegido, de Neo, por ello Neo desaparece como ente, se subsume en el todo de la realidad misma. Al respecto puede leerse:


Pero como yo no soy partidario de este tipo de filosofías, no puedo estar de acuerdo con dicha interpretación... Ni con la interpretación, ni con el final de la saga. Las formas en que pueden totalizarse las distintas realidades dependen de las ciencias que se ocupen de ellas, o sea, no podemos decir que el Universo o la Tierra son organismos vivos porque las ciencias que tratan de estas realidades son la Astrofísica y la Geología, no la Biología. Otra cosa es que en nuestra filosofía queramos dar cabida a religiones ancestrales, como el hinduismo y otras teorías peregrinas, pero entonces estaremos ante una filosofía falsa... Sí, por supuesto, siempre desde el punto de vista de mi propia filosofía o, más bien, de la filosofía a la que me adhiero, el materialismo filosófico. De todos modos esto sería una cuestión al margen del argumento.


El problema, a nivel argumental, es que el conflicto planteado en la trama no se resuelve en el nivel de las hipótesis propuestas. Problema del cual adolecen muchas de las novelas y películas de ciencia ficción. Este tipo de literatura y cine plantea una hipótesis: ¿Que sucedería en un futuro más o menos lejano si...? Si pudiéramos viajar a Marte (Crónicas Marcianas), si pudiéramos crear inteligencia artificial (Blade Runner, AI, Matrix), si existieran extraterrestres y entraran en contacto con nosotros (V, La Guerra de los Mundos), si pudiéramos viajar al futuro o al pasado (La Máquina del tiempo, Regreso al Futuro)... Propuesta la hipótesis surge un conflicto: normalmente este tipo de futuribles son distópicos en algún grado, de modo que existe una cierta dominación de unos individuos por otros, de humanos por máquinas, máquinas por humanos, humanos por extraterrestres... Y la trama consistirá en cómo liberarse de dicha dominación.


No obstante, dentro de este género sobresalen aquellas historias que nos hacen pensar acerca de nuestra propia percepción, nuestra misma identidad, el estatuto de la realidad, etc. En este tipo de historias era un maestro Philip K. Dick, autor de las novelas en que se basaron "Blade Runner", "Desafío Total", "Minority Report", "A Scanner Darkly". Y Matrix no es sino un homenaje a la vez que el culmen del género. Matrix nos pone ante un escenario en el que la inteligencia artificial se ha desarrollado al máximo, de modo que nos hace plantearnos cuál es la diferencia entre las máquinas y los humanos. Plantea la posibilidad de que nuestras percepciones puedan ser construidas al margen de los órganos sensoriales, es decir, ser directamente insertados en nuestro cerebro. Y nos sitúa en un conflicto entre las máquinas y los hombres. El problema, como hemos dicho es que la saga termina (si es que ha terminado) con la resolución del conflicto en un plano no planteado de antemano: la posibilidad de manipular la materia real con la mente, trasunto del "Deus ex machina" (por cierto, es muy bueno el artículo de la wikipedia sobre esta expresión).


Ya he dicho que esta es una constante en la ciencia ficción; no en toda, ciertamente. Claros ejemplos tenemos en "La guerra de los mundos", donde los extraterrestres terminan muriendo de gripe; en "Desafío Total", donde Marte recupera su atmósfera gracias a un invento abandonado por los extraterrestres; en "El cortador de cesped", donde la estimulación de la neuronas gracias a las drogas y a los ordenadores le dan poderes telepáticos, telequinésicos y transmigratorios. Existen, no obstante, historias en la que esto no es así; una de las últimas películas que he visto de este género, similar a Matrix en algunos aspectos y a la que muchos frikis consideran superior, es "Dark City": unos extraterrestres son capaces de implantar recuerdos en los humanos y de transformar la realidad a partir de una máquina que potencia sus capacidades telequinéticas; el conflicto surge cuando un humano es capaz de acceder al nivel de los "ocultos" y lograr sus mismos poderes... Bueno, quizá ese logro pudiera considerarse también un "Deus ex machina", pero se sitúa en el comienzo de la acción, no al final. El final es un combate en el plano de los poderes telepáticos y telequinésicos, el mismo en el que se sitúa la acción. Pero, bueno, la verdad es que la peli es un poco mala.


Volviendo a Matrix: ¿cuál sería un final aceptable en consonancia con el resto del guión? Pues si tenemos en cuenta los momentos esenciales de la Reloaded, especialmente la conversación con el Arquitecto y la extensión de los poderes al "mundo real", parando a una máquina, la única explicación posible a ambos casos sería que lo que hasta ahora habíamos considerado el mundo real (el mundo en el que las máquinas tienen sometidos a la mayoría de los humanos y cercados a los humanos resistentes) no fuera sino otra Matrix, otro nivel de realidad virtual, de modo que, entonces sí, cualquier tipo de fenómeno sería posible: la liberación de Neo no sería sino el despertar en ese otro nivel superior. Este final, sin embargo, es susceptible de depararnos múltiples sorpresas, pues entonces, cualquier solución al conflicto planteado en la saga es posible; incluso todo podría haber sido un juego de realidad virtual y la muerte en el mundo virtual es el final del juego en el supuesto mundo real de nivel superior, sin necesidad de auténticas muertes... O todo lo contrario: Neo podría ser un programa que renace cada vez que se recarga el último nivel de la Matrix. Este tipo de solución es el que se plantea en otra de las películas del género, "Nivel 13", y ya se planteó en su momento respecto de Matrix, cuando se estrenó la Reloaded (ver, por ejemplo, Posible interpretación de Reloaded).


Lo cierto es que esta solución tampoco deja de ser un "Deus ex machina", pero al menos es una "machina" cuya existencia se ha ido sugiriendo a lo largo de la trama. De todos modos aún estamos a tiempo de que los Wachowski se enmienden la plana; hay rumores de la existencia de una cuarta entrega, pero sólo rumores. De todos modos no sería de extrañar, pues el final de Revolutions es un poco decepcionante y no termina de cerrar los interrogantes surgidos. Además, todo esto del secretismo, los rumores, la larga espera, etc., contribuirían a dar al estreno una relevancia mucho mayor. El argumento, por cierto, va en la línea de lo aquí sugerido: Matrix 4

viernes, 29 de julio de 2011




Cerrado por vacaciones

Pero como soy bueno os dejo unas fotillos de los previos a las vacas, o sea de las ternerillas (por cierto, también podéis ver unos interesantes comentarios a las reflexiones sobre el riesgo pinchando aquí)



Huelva:





Escarabajosa, Casillas, La Adrada:



jueves, 16 de junio de 2011




Muere Rockberto, de Tabletom

Otro pa la Zanja. Tiramos de Wikipedia:


Tabletom es un grupo musical procedente de Málaga (Andalucía, España), que combina y fusiona estilos musicales tan dispares como el jazz, el rock, el reggae, el blues o el flamenco. Se formó en el año 1976, cuando Roberto González (vocalista del grupo y conocido también como "Rockberto") y los hermanos Pedro (Perico) y Pepillo Ramírez comenzaron a tener sus primeras actuaciones conjuntas. Su primer disco ("Mezclalina", 1980), producido por Ricardo Pachón, los incorporó al rock andaluz.


A pesar del tiempo que llevan en activo y la indudable calidad de su música, nunca han tenido demasiado éxito comercial reconocido. De hecho, la canción que más derechos de autor les ha generado –"Me estoy quitando", un homenaje a Camarón y todo un himno en Málaga–, creada por ellos e incluida en su disco Inoxidable de 1992, fue conocida fuera del círculo del grupo gracias a que los extremeños Extremoduro la grabaron versionada en su disco Agíla.


En los últimos discos del grupo, gran cantidad de las letras son adaptaciones de poemas del escritor malagueño Juan Miguel González.


Desde principios del 2011, el grupo estaba planteandose, por problemas de salud de Roberto, disolver el grupo y hacer una gira de despedida. Finalmente, dicha gira no llegaría a ver la luz ya que la madrugada del 12 de junio fallece Rockberto en el hospital Clínico Universitario de Málaga, donde había ingresado unas semanas antes debido a unos problemas respiratorios graves. Esto, añadido al deteriorado estado de salud del músico, acabó con su vida. El destino del grupo a fecha de hoy se desconoce.






sábado, 4 de junio de 2011




Juegos infantiles

"The Greeks", by Is Tropical:



domingo, 20 de febrero de 2011




El corazón del guerrero

Siguiendo con nuestra línea de recomendaciones cinematográficas de serie B, esta vez presentamos "El corazón del guerrero".


"El corazón del guerrero" es la primera película de Daniel Monzón (director de "Celda 211"). Fue estrenada en el 2000 y en ella se narran las aventuras de un jugador de rol que entreteje la fantasía con la realidad, cayendo en la profunda zanja de la locura.


Rodada en clave de humor, se trata de una parodia del género de "Espada y Brujería" y muy especialmente de "Conan", lo que vendría a ser un "remake" de Don Quijote. De hecho se dan las figuras principales de la obra de Cervantes: Dulcinea/Aldonza Lorenzo sería Neus Asensi y Sancho Panza sería Javier Allier. Un Don Quijote adaptado a nuestro tiempo que en vez de confundir realidad con fantasía, sufriendo alucinaciones, por ejemplo (aunque alguna sufre, es cierto), básicamente interpreta aquella con las claves de ésta, con las claves de sus sueños, dando como resultado un cuadro clínico más verosímil que el del Quijote, aunque sin pretender ser realista. La clave de esa interpretación de la realidad es el planteamiento de la existencia de dimensiones paralelas, idea propuesta por la ciencia-ficción del siglo XX.


Esta tensión entre fantasía (infancia) y realidad (madurez) propia de la adolescencia y planteada en la película adopta una forma muy concreta que se aleja, creo yo, de los convencionalismos al tratar esta etapa de la vida, como por ejemplo la rebeldía frente al mundo adulto... Bien es cierto que el síntoma del enfrentamiento del adolescente con el mundo adulto suele adoptar la forma de rebeldía, no de locura. Sin embargo, lo importante en la película no es el tipo de resolución del conflicto, sino los términos concretos del mismo.


El conflicto entre la infancia y la madurez, entre fantasía y realidad, se presenta en torno al tema de la amistad. El protagonista tiene unos amigos en la vida real con los que juega al rol, y otros imaginarios que, en el mundo paralelo, le ayudan en sus aventuras; se incluyen entre estos a su amor, Sonja la Roja (personaje de Conan con la cual, por cierto, éste nunca logra mantener relaciones sexuales). Lo interesante, en un principio, cuando se empieza a analizar la película sobre la marcha, mientras se está viendo, es que estos amigos no coinciden, es decir, los amigos imaginarios no son avatares de los reales, aunque sí son avatares de personas del mundo real.





La cuestión estriba en que los amigos del mundo real, probablemente de su infancia, llegados a un punto de madurez en el que tienen que elegir entre ayudar al protagonista siguiéndole la corriente (sus locuras) o "ayudarse" a sí mismos, eligen esta segunda opción y le traicionan; todos, sin excepción, incluso Sonia, prostituta a la que salva de un cliente demasiado violento y cuyo avatar es su amor en el otro universo. Todos sus supuestos amigos reales acaban vendiéndole.


Sin embargo, los avatares reales de sus amigos imaginarios sí luchan por él, arrostrando el peligro, poniéndose en peligro ellos mismos. ¿Por qué? Porque están locos y participan de la locura del protagonista: uno es Santiago Segura, que hace del vidente Carlos Jesús, el otro es Javier Allier, que hace de un Sancho Panza sui generis (el segundo Sancho Panza, aquel que asume las locuras de su señor en ciertos momentos). Este último le ayuda en los momentos de desfallecimiento de la locura del protagonista y le anima a seguir.


Podría entonces considerarse toda la película como una metáfora de la pérdida de la inocencia en la entrada al mundo adulto, como una contaminación de la pureza infantil (la pureza del mundo imaginario ejemplificado en la amistad) por las manchas del mundo adulto (el mundo real).


Evidentemente también viene a decirnos que esa contaminación es necesaria e inevitable, y los que no quieran asumirla, los que quieran permanecer en la fantasía imaginaria, en la infancia, se convertirán en unos inadaptados, unos locos que podrían incluso ser recluidos en función de su peligrosidad.


Está claro que la película, el guión, opta por un tratamiento romántico de la locura, lejos de los verdaderos locos, enfermos mentales que sufren, pero no es la intención de Monzón mostrar de modo realista la locura, sino utilizarla para lo que ya hemos dicho.


Beldar, avatar del protagonista adolescente, roba el corazón a la momia de un guerrero maldito y se contagia de la maldición siendo transportado a nuestro mundo, al mundo real. Esta sería la trama que justifica el título de la película, pero bien podría interpretarse esa maldición como la pérdida del apoyo del compañero en la batalla, la pérdida del que te guarda la espalda, del amigo. Incluso éste podría ser interpretado como el Corazón del otro, el que le permite seguir con vida. Un guerrero sin compañeros no es nada. Y si interpretamos la vida real como una batalla, ninguno de nosotros somos nada sin apoyo, sin amigos ni familia.







lunes, 7 de febrero de 2011




Pagafantas

(por Gema y Mr. Zanjas)


Mr. Zanjas:
Hace cosa de dos años vivía en la más absoluta ignorancia sobre la denominación del mal que me ha aquejado desde mi más tierna adolescencia, que no infancia. Sin embargo, no por ignorar el nombre de la enfermedad uno ignora que está enfermo, pues se siente mal.


A pesar de haber tenido algunas novias, la tónica general de mi vida sentimental han sido los grandes períodos de sequía amorosa, períodos durante los cuales me dedicaba a salir con amigas y compañeras, las cuales terminaban por gustarme. Seguía, entonces, quedando con ellas sin declararles mi "amor" (por miedo al rechazo, seguramente) hasta que ellas empezaban a salir con otro.


Yo sabía que era estúpido, que era miedoso, a pesar de mi fachada, pero no sabía que era un pagafantas. La primera noticia que tuve del concepto fue a través de una amiga que, al ir a invitarla a una cerveza, me preguntó: "¿qué eres, un pagafantas?". Claro, automáticamente uno cae en la cuenta de lo que el palabro, a grosso modo, viene a significar: aquel que paga las consumiciones a las chicas, originariamente Fantas, pero extensible a todo el elenco de bebidas alcohólicas y analcohólicas. "No, en todo caso sería un pagacervezas", le contesté intentando salir del paso. Automáticamente, decía, caí en la significación gruesa, mas no en las sutiles notas y en la potencia del concepto.


Fue más tarde, al cabo de unas semanas, o meses, no lo recuerdo, cuando Snorlforld y yo (pagafantas ambos) vimos la película "Pagafantas" al poco de estrenarse. Pero no sólo vimos la película, vimos La Luz, nos vimos a nosotros mismos en la piel del protagonista, sufrimos casi más que él... Joder qué malo está el café que me estoy tomando.


El protagonista hace todo por la chica...


Gema:
No, no hace todo "por la chica", hace todo "por beneficiarse a la chica", no hay un segundo de verdad en sus actos, lo mismo que en sus palabras, por eso merece lo que le pasa. Querer a alguien no el lo mismo que querer tenerlo.


Mr.Zanjas:
Bueno, en realidad esto podría tener dos lecturas: 1.- El menda sí hace todo por ella, hasta se casa con ella (si sólo quisiera beneficiársela eso sería demasiado) y entonces estarías equivocada. 2.- El menda sí quiere sólo beneficiársela, pero es gilipollas, o sea, además de mentiroso, tonto. Entonces llevarías razón.


Pero para el caso es igual, el menda hace todo por ella y ésta sólo le quiere como amigo llegando incluso a cepillarse a otro tipo en sus narices. La película está rodada en clave de humor, pero para el que lo ha sufrido es algo verdaderamente duro, cruel. En fin, también es algo exagerada, todo hay que decirlo. Pero uno termina de ver la película diciendo "¡nunca más su osito de peluche!". O sea, vamos a ver, toda la vida haciendo el canelo, yo, tú mismo, amigo pagafantas, sabiéndolo además, y tenemos que vernos reflejado en una historia de ficción para que tomemos una determinación. Somos gilipollas.


Escribo esto ahora porque, en primer lugar, ayer volví a ver "El apartamento", de Billy Wilder, que echaron por la 2 y Gema, con la capacidad de análisis que tiene, me hizo notar que Jack Lemmon, en esta peli hace de pagafantas mucho antes que Gorka Otxoa en la película española y, al igual que éste, se merece todo lo que le ocurre porque es, o pretende ser un aprovechado, matiz que yo no aprecié en "Pagafantas", obnubilado o epatado por las desventuras del protagonista; pero claro, quizá para apreciarlo se deba estar en el otro lado, se deba ser mujer o, al menos, abogado del diablo. La cuestión es que Gema lleva razón, ambos protagonistas son unos listillos. La diferencia entre una y otra película al respecto, siempre según Gema, es que "El apartamento" termina bien porque Jack Lemmon toma las riendas de su vida y, por lo tanto, merece a la chica, mientras que Gorka continúa pagafanteando.


También en ambas películas las mujeres parecen no enterarse de la misa la media: no se enteran de que el otro está enamorado de ellas, aunque en "El apartamento" esto es más verosímil ya que Shirley MacLaine está previamente enamorada de otro.


Gema:
Jack Lemmon, en "El apartamento". No pretende ser un aprovechado, lo es; es alguien tan ruín que es capaz de ofrecer su propia casa y su cama a sus jefes (para tener relaciones ilícitas) con tal de obtener un ascenso que por las vías legales le costaria años conseguir. Aunque Jack Lemmon nos genera inmediata simpatía e identificación no podemos olvidar que se trata de un trepa de lo mas rastrero. "El apartamento" es una feroz crítica al concepto de triunfo, de ascenso social a costa de la integridad moral, disfrazada de historia de amor; "Pagafantas" viene a decir que quien quiera peces se moje el culo y si no deje de llorar. Obvia decir que tanto por su contenido como por su continente la primera es una obra maestra y la segunda una peli "simpática".


En cuanto a la actidud de ambos protagonistas respecto a la chica, Lemmon actúa con sinceridad y generosidad con ella desde el principio, la ayuda y se preocupa por ella, no para conseguirla sino con la generosidad que se presupone al amor. No hay nada de esto en el pesonaje de Gorka, para el que la chica es solo un objeto de deseo.


En el apartamento, como nos gustaría que fueran las cosas en la vida, cada uno obtiene al final de la peli lo que le corresponde. Lemmon deja de ser un miserable que cambia no solo su apartamento, sino su moral, por una llave para el baño de directivos, esto es, reordena su escala de valores. Como nuevo hombre íntegro (a la par de lo simpático que nos cae desde el principio) es justa recompensa que se quede con la chica.


El papel de Sirley MacLaine (Fran) tiene el objeto de ponerle cara y nombre a las "inmoralidades" que otros cometen, con la complicidad de Lemmon. Fran hace que Buddy (Lemmon) deje de mirar para otro lado, y de premio consigue por primera vez en su vida enamorarse del hombre acertado. También ella cambia su escala de medir las cualidades de sus compañeros amorosos.


El malo malisimo del jefe se queda sin mujer y sin amante, ¡que pena!


En "Pagafantas", el pagafantas no sufre un cambio, no aprende nada en el desarrollo de la peli, no cambia sus actos ni siquiera se replantea cambiar de actitud, desde su estrechez de miras él es la victima y la sociedad la culpable. Gorka nos presenta un personaje, no un poco tímido, sino egoísta, infantil y desagradecido, que además ni siquiera es consciente de serlo ni de que está en su mano cambiarlo, por más pistas que le dé la vida. Gorka merece lo que le pasa con la chica, es más, no merece ni a su novia/mujer, ni a su madre ni siquiera a su tío (el otro pagafantas).


Este otro personaje, que podría servirle de ejemplo, y ante el que Gorka es tan ciego como ante el resto, sí experimenta un cambio en su actitud y obtiene un cambio en la respuesta. La mejor forma de que no te traten como un pagafantas es dejar de serlo.


Mr.Zanjas:
Vayamos no obstante a la vida real, porque la cuestión es que la mayoría de pagafantas no son unos listos como los de estas películas ni las mujeres son tan tontas como las protagonistas. Los pagafantas simplemente son tipos tímidos, con cierta falta de confianza en sí mismos, no necesariamente unos aprovechados. Pero las bebefantas... No me cabe en la cabeza que las mujeres, con lo avispadas que son para estas cosas del corazón, no se pispen de que el colega está coladito por ellas.


Las mujeres lo saben y, ante esta situación, caben varias opciones... Aunque ahora sólo se me ocurren dos:
a) A la chica le gusta el chico, pero también es algo insegura; dudará de sus convicciones y de sus percepciones: "parece que le gusto, pero si no me dice nada serán imaginaciones mías". Y así continuarán la relación de "amistad" hasta que llegue un menda más decidido que le tire los trastos a la chica.


b) A la chica no le gusta el otro, le considera un amigo y así le mantiene (a raya) aún a sabiendas de lo que el chico sienta por ella: es un amigo que la entretiene mientras llega su "amor verdadero". Y lo peor del caso es que cuando llega, la chica le sigue dando la brasa al amigo con los pormenores de la relación con el nuevo amante.


Si el chico, por un casual, al final se termina decidiendo y le declara su amor: en la situación 'a' si no ha culminado como he dicho antes, la chica podría "ser conquistada", aunque el verdaderamente conquistado había sido el chico... Bueno, se conquistan mutuamente. Pero en la situación 'b' es cuando se producen las escenas más lamentables, el "te quiero como amigo"; aunque lo verdaderamente lamentable es que el chaval continúe de perrillo faldero, de osito de peluche, de pagafantas, con la menda.


Gema:
Lo planteas como si el tener un rol u otro estuviera asociado a ser hombre o mujer, pero no es así, se puede ser pagafantas y tía. Mucha gente, hombres y mujeres, necesitan tener un séquito mas o menos nutrido de moscones para mantener su autoestima a flote (mucho más dañada que la del pagafantas, por cierto) y por eso mantienen este tipo de relaciones en las que suelen dar una de cal y otra de arena, para mantener la atención (devoción) del otro, confundirle con la esperanza de que algún día podrá ser, y así alimentar un ego maltrecho con un hambre insaciable de atención (la de la peli, yo creo que es de estas). De no saberlo nada de nada. Hay que huir de ellos como de la peste.


Mr.Zanjas:
En fin chicos y chicas, la polémica está servida; sólo dos cosas más:
1.- Para el caso 'a', como me suele recordar Gema, cuando hablamos de esto y que dijo alguien antes que ella: "se perdona al que fuerza la oportunidad, no al que la pierde".
2.- Para el caso 'b' escuchad esta canción de Huzkey; hip-hop jerezano:


domingo, 6 de febrero de 2011




Gary Moore... Otro que se va



A saber de qué ha muerto... Y en Estepona... Estos roqueros... En fin, ahí está con 20 años menos. Me gusta el blues, sí, pero más el heavy-metal, de modo que he metido las canciones de los 80.


Y los que no sepan quién era que busquen en la wikipedia, estoy harto de copiar y pegar.





Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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