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jueves, 27 de diciembre de 2007




Apología del actor aberrante (seguimos en la zanja basuril)

En la zanja del recuerdo... Este texto fue escrito hace 4 años, cuando Santiago Segura estaba gordo, cuando la telebasura estaba en su punto álgido. Ahora no sé como está, porque no la veo, aunque antes tampoco la viese mucho. Creo, no obstante, que la diferencia está en que los que aparecen en los programas-basura son ahora gente de la calle que hablan y de los que se habla por haber participado en algún show o haberse liado con algún famoso. Por otra parte mi concepción acerca de los Gigatrón ha cambiado: siguen cantando mal, pero son buenos músicos... Si es que no hacen playback... Y tienen buenas letras. Ahí va:

Quisiera comenzar este escrito justificando el título, en especial el sintagma “actor aberrante”. Se podría escribir una apología de la aberración, y no del actor aberrante, es decir, del actor que lleva a cabo la aberración. Sin embargo, existen muchos tipos de aberración (aberración sexual, aberración física, aberración mental...) a las cuales no quiero referirme y mucho menos hacer una apología de ellas. Quiero hablar sobre las aberraciones existentes en ciertos tipos de espectáculos, especialmente musicales y televisivos, pero hablar sobre ellas del modo que quiero hacerlo es inseparable del tratamiento del actor. En este sentido, tampoco he querido hablar del “agente aberrante”, ya que el término “actor” nos remite específicamente al mundo del espectáculo y no a cualquier otro contexto en el que pueda darse una aberración.

En especial quiero referirme a sujetos del cariz de Manolo Cabezabolo, El Príncipe Gitano, El Chivi, los Gigatrón (lamentablemente desaparecidos), Raphael, etc., en el mundo de la música y a otros como Boris Izaguirre, Pocholo, Tamara o Yola Berrocal, en la casposa farándula televisiva, sujetos todos ellos por los que guardo un profundo respeto y una (ya no tan) secreta admiración. Todos ellos poseen cierta similitud, ciertas características comunes, aunque, como veremos, encontraremos diferencias entre los dos subgrupos de "aberractores", como los denominaremos de ahora en adelante. (Nota sobre la denominación: sentimos, no obstante, especial predilección por el término "aberroncho", mas en este contexto no podemos utilizarlo por dos razones; en primer lugar porque la acuñación de tal término pertenece a un querido amigo mío -vuestro también, para algunos-, Snorforld, al cual no hemos pedido permiso para su utilización -aunque no dudamos de que nos la habría dado-; en segundo lugar, porque tal término significa, más bien, "aberrante y rechoncho al mismo tiempo", calificación que viene al pelo para Santiago Segura, otro de nuestros héroes, y acaso para Pocholo, pero no para los otros; además aquí no nos vamos a referir en ningún momento a las características físicas, como ya hemos dicho).

Una característica común a todos ellos es que no pueden hacerlo peor: Manolo Cabezabolo no puede cantar peor, ni el Príncipe Gitano hablar peor inglés (yo sí), el Chivi no puede ser más cerdo, machista, misógino, etc., ni los Gigatrón más macarras, ni Raphael más... más... No tengo palabras para definir a Raphael. Si empleamos la figura lógica de la analogía de atribución, Raphael sería el primer analogado de donde todos los demás adquirirían su esencia... Sí: ¡¡¡ HORTERA !!! esa es la definición suprema para todos estos sujetos: Raphael es hortera a más no poder, es la encarnación de lo hortera sin aditamentos, los demás ya poseen sus especificidades (punk, guarro, tonta...), pero Raphael es lo hortera en estado puro (le amo), ¿quién si no podría hacer tal versión de los Héroes del Silencio? ¿Ese plante, esa sonrisa, esos movimientos? Pues bien, en su género todos estos aberractores encarnan la horteridad en su grado sumo, pero nadie, repetimos, NADIE, como Raphael; todos juntos no le llegarían a la suela de sus mocasines, monaguillos es lo que son a su lado.

¿Quién, de Crónicas Marcianas, puede ser más hortera que Boris Izaguirre vestido de fémina falangista y subido en la mesa del plató? ¿Quién puede ser más hortera que Tamara representando el cuento de la lechera? (se me caían las lágrimas) ¿Y quién más que Yola Berrocal haciendo de ángel de Charlie, o de sí misma en cualquier otro programa? (es tan hortera y silicónica que me empalmo cuando la veo) ¿Y Pocholo? La verdad es que sobre todos estos sujetos puedo hablar más bien poco, ya que no suelo ver mucho la tele, y menos para dedicarlo a toda esa mierda. Pero lo que no puedo negar es que alguna que otra vez haciendo zapping me he detenido en ellos, y me he entusiasmado (por si no lo sabíais, entusiasmado etimológicamente significa "llevado por los dioses"). Y quizá les tenga endiosados, precisamente, porque les veo poco, casi nada. No lo sé, quizá la gente que pulula a su alrededor tampoco les llegue a las suelas y emponzoñe su imagen, su esencia, de manera que no podamos bañarnos en su brillo, porque los aberractores brillan como las estrellas.

Así que, ya sabéis, la primera característica es que son horteras. Según el diccionario de la Real Academia, hortera, en su tercera acepción significa "vulgar, de mal gusto". Sin embargo, los aberractores lo son tanto, tan vulgares y de tan mal gusto, que transcienden esas categorías, esos conceptos, esas definiciones y se elevan a lo supremo; de tan malos que son, son GENIALES. Y punto.

Yo no sé si ellos serán conscientes de su genialidad, no sé si querrán hacer las cosas mejor, probablemente sí, porque de lo contrario no lograrían hacerlo tan mal, ser tan horteras. No obstante, podría darse el caso, y esta es mi tesis, de que deliberadamente lo hacen así, que lo hacen mal, que son horteras a posta, con lo cual resultan doblemente geniales, ya que saben lo que hacen y lo hacen bien. El argumento resulta bastante retorcido, tanto que ni yo mismo logro enderezarlo.

Ahora bien, si complejo era el argumento anterior, este lo es todavía más, atentos: ya que una tercera característica de estos aberractores es que representan la IRONÍA en estado puro, la BURLA y la SÁTIRA de los géneros que representan: Gigatrón son una burla contra el heavy-metal (en el mundillo ése levantaron ampollas), el Cabezabolo lo es del punk, el Chivi es la sátira del porno, el Príncipe lo es del flamenco; esto por lo que toca a la música, mas por lo que toca a la tele los aberractores son la ironía y la sátira de la sociedad entera, de su corrupción e iniquidad, y lo son, precisamente, porque ellos mismos son inicuos y corruptos, de manera que su presencia en la televisión representa el estado del mundo, y no por una suerte de representación fractal o porque la tele sea un Aleph (representación metafórica), que también, sino porque todo el mundo los ve, todo el mundo los aclama o los denosta y este público no se da cuenta de que sin el público no serían nadie (representación metonímica). Pero es que el público no puede darse cuenta de nada porque es más tonto, muchísimo más, que los que salen en la tele, y no digamos que los aberractores. Si la gente se entretiene viendo esa mierda, es porque la gente misma es una mierda.

Y aquí viene entonces la diferencia entre los dos subgrupos de aberractores, diferencia sugerida por un compañero de facultad, ya que si bien el primer subgrupo, al que denominaremos "musical", resulta más o menos inocuo (que no inicuo), aunque ciertos oídos sensibles, sobre todo los de los más pequeños, pueden quedar irreparablemente dañados tras una exposición prolongada, el subgrupo "televisivo" es auténticamente dañino, pernicioso, ponzoñoso, puesto que realimentan el estado general del mundo: la vulgaridad, zafiedad, iniquidad, tontería... Y ellos lo saben, porque son más inteligentes que el resto de la gente, por lo tanto son, a parte de listos, malvados. Ahora bien, eso no obsta para que a ojos de un público inteligente, estos aberractores representen el estado general y señalen precisamente a su contrario, a su negación. Resultan ser, por ello mismo, seres con una imagen esquizoide, escindida: muestran el percal, pero lo hacen de tal manera, tan exagerados, que suponen su negación, la negación de este mundo podrido. Y el que no lo vea así es porque está muy mal, demasiado atontado. Si la telebasura existe es porque el mundo en sí es una basura (como ya dijera Gustavo Bueno), de lo contrario no se permitiría. Los aberractores telebasura existen gracias al público, mas si no existiera ese público estoy seguro de que gracias a su genialidad lograrían abrirse un hueco en algún otro espacio público. ¿De payasos? Evidentemente; lo que hacen son payasadas, además muy sutiles... Son los mejores.

¿Por qué, sin embargo, el mundillo intelectualoide no lo ve de este modo? Porque piensa que la burla, la sátira, la ironía, debe proceder a través de la ficción, a través de la película o del dibujo animado, como Los Simpson, South Park, Torrente, Austin Pawers o la primera edición de la serie "Matrimonio con hijos". Estos son ejemplos de aberraciones irónicas bastante explícitas y muy buenas, por cierto. Ahora bien, gracias a Vicente Verdú hemos descubierto, o hemos puesto en relación, la ficción con el Reality Show: la realidad como ficción. En la televisión todo es una ficción, sin arte, sin estética, una telebasura, pero aquellos que en ella desfasan logran negar, aunque sea a su pesar, todo el sistema. (Os recomiendo que leáis "El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción", de Vicente Verdú; tras su lectura deberéis proceder a su estudio).

Y nada más, espero que estas reflexiones os abran los ojos.




8 comentarios:

Anonymous dijo...

AVE RANTE,MORITURI TE SALUTANT

Anonymous dijo...

A propósito de Raphael,escuchate un temita suyo titulado "La canción del trabajo" y dime si eso no es un ska en toda regla.

Rossa Nova dijo...

Increíble, sorprendido estoy, voy a tener que bajarme su discografía completa. Efectivamente, un ska digno de los Madness, Skatalities o la Banda Bassotti. Aquí tenéis la canción (copiad y pegar en la barra de navegación):

http://www.esnips.com/playlist/c97192c2-d450-4843-b77e-c10b56c36330

Feliz Año, chic@s

Rossa Nova dijo...

Después del último 3 va un 0 (cero)

Anonymous dijo...

RAPA, RAPA, RALPANHUI... ,ME PARTO TODA LA CAJA Y ESTE CUARTO NO PARA DE MENGUAR

MIRWAV

Anonymous dijo...

Neng,si consideras que los Gigatrón son una parodia del mundo del jevimetal,y te ha parecido buena,deberías de ver una peli titulada "This is Spinal Tap",que resulta ser un falso documental sobre una no menos falsa banda de rock duro de principios de los 80.Sus aventuras y desventuras te garantizo,son gloriosas.En su día la cinta tuvo tanto éxito que los actores-músicos que en ella participan llegaron a dar giras mundiales,para disgusto de integristas del metal como Mariano García,y regodeo de animaciones como los Simpson que les dedicaron un capítulo divertidísimo.Así que cabalga la puta mula,héroe solitario,y cuentanos...

Anonymous dijo...

¿Manolo Kabezabolo parodia del punk? Manolo Kabezabolo ES el punk,chaval,ya que nada puede ser parodia de algo que nació justamente como eso,parodia bufa y descolocante de un tipo de musica que se había vuelto sofisticada y cargante hasta lo insoportable.El punk apareció precisamente como reacción entre hostil y burlona a ese rollo que reservaba a los estudiosos del conservatorio los placeres del arte musical,relegando al resto del mundo a la categoría de rebaño inculto al que hay que dirigir.Manolo es un ejemplo vivo de que con la música todavía se lo puede pasar uno bien y hacer pasar a otros un buen rato,de que no hace falta tener instrumentos para tener un grupo de música,ni componer letras a lo Aute.Por todo ello aupa,Manolo!!

Anonymous dijo...

El punk va más allá del gran Manolo Kabezabolo.Os recomiendo el visionado de un documental titulado "Rocanrol por el puto morro",sobre una banda asturiana llamada Bor-Bones,antiguos Ulan Bator Trío,que se fabrican ellos mismos los instrumentos con objetos desechados sacados de la basura en muchos casos y llegaron incluso a ser teloneros de los Ramones,fliparéis!!!

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Zanjas profundas en tu mente
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Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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