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martes, 23 de agosto de 2011




Historia, estética, medicina y cerumen ótico

ADVERTENCIA:
Las opiniones vertidas en este artículo pueden resultar obscenas para las sensibilidades delicadas, de modo que si tú, querido lector, eres de los que se la cogen con papel de fumar, de los que no le gusta el olor de sus pedos, de los que nunca se comieron un moco de pequeño, de los que se duchan todos los días, de los que no huelen la mierdecilla que le sale entre los dedos de los pies o de los que sienten arcadas al escuchar la palabra "gargajo", NO SIGAS LEYENDO.


Tú mismo.


Me acaban de sacar un tapón de cera de la oreja derecha... Y he descubierto que tengo otro en la izquierda, pues ahora oigo mejor por la otra, y eso que la doctora me miró y dijo que estaba bien. El tapón en cuestión era del tamaño de una abejita. Yo pensaba que sería más grande, por cosas que me habían contado y porque una vez me salió espontáneamente uno del mismo tamaño. En aquella ocasión el susto fue gordo porque empezó a picarme el oído, sentí un cuerpo extraño y cuando lo vi en la mano pensé que era un bicho; lo tiré al suelo y, al ver que no se movía, me acerqué, lo observé, lo recogí y permanecí maravillado durante unos minutos. A partir de entonces me jactaba de que mi cuerpo expulsaba los tapones sin ayuda externa. Pero, claro, los años no pasan en balde y las capacidades merman.


En esta ocasión me ha dado por leer sobre el asunto y la cosa resulta bastante apasionante, pues el cerumen se utiliza por los antropólogos para rastrear migraciones, para conocer los años de las ballenas... Como todo el mundo sabrá el cerumen consiste en una secreción para proteger el oído de agentes externos como insectos, polvo, microorganismos, etc. El problema es cuando se segrega en demasía o, debido a prácticas perniciosas, apelmazamos la cerilla hacia adentro (con bastoncillos, por ejemplo), entonces se nos forma un tapón.


Parece ser que, según los médicos, los tapones de cerumen son la causa más común de hipoacusia. No dudo de que en épocas anteriores a la nuestra existieran diagnósticos sobre tapones y técnicas para extraerlos, pero la medicina solo llegaba a unos pocos. Lo que yo me pregunto es, qué ocurriría en dichas épocas cuando la medicina no estaba tan extendida como ahora lo está (bueno, ahora lo está en algunos sitios de occidente): ¿se quedaba sorda la gente para toda su vida por una mierdecilla de cera? ¿Se lo sacaban con sacacorchos? ¿Morían antes de que se les formaran tapones?


Pero ya metidos en historia reflexionemos un poco más. Hemos dicho que el cerumen es un medio de protección contra polvo, bichos, etc. Pero no es el único medio de protección que tiene el oído contra dichos agentes. ¿A alguien se le ocurre otro tipo de protección? Efectivamente: los insidiosos pelillos. Lo que no me queda muy claro es por qué los niños no tienen pelillos en las orejas y los mayores sí (supongo que será algo relacionado con el bigote, la barba y el vello de la cara en general. Pero a lo que vamos: nos hemos vuelto muy remilgados y ahora nos quitamos los pelillos de las orejas (y los de las narices, sobacos y miembros en general), pero nos olvidamos de que los pelos son un medio de protección... Vale, vale, yo me rapo la cabeza, pero es por uniformidad: si ya prácticamente estoy calvo pues mejor calvo del todo.


Por cierto, ahora que caigo, mi calvicie tiene origen, según los médicos en una "alopecia seborreica", que literalmente significa "falta de pelo por acumulación de sebo", puajjjjjjj!!!. Sebo, grasilla, cerilla... Mi cuerpo es una máquina de segregación de cosas feas, buaaahhh !!!!


El caso es eso, que en nuestra cultura se abandona la protección biológica por la pura estética. Es que mira que son feos los pelos en las orejas, ¿eh? Y al abandonar esa protección el cuerpo la sustituye segregando más cerilla. Quizá en la Edad Media no se cortaban los pelillos y no les salían tapones.


En fin, también es cierto que yo uso tapones (artificiales) para nadar, para dormir la siesta, para no escuchar las estupideces de mis congéneres, etc. Y seguramente eso también tendrá que ver en la formación del propio tapón (desplazamiento de la cerilla hacia adentro, inoculación de materia patógena adherida al tapón artificial, y es que hay que sustituirlos de vez cuando, peazo guarro).


En fin, dejo esto para echarme las gotas en el oído izquierdo y, en un par de días, operarme yo mismo: jeringuilla gorda y agua templada.


Je, je, no era para tanto, ¿no? Bueno, pues como ejercicio escatológico podéis dejar como comentarios vuestras pequeñas miserias. OJO, no valen aquellas que tengan que ver ni con la mierda, ni con el semen, ni con el orín, pues con esas materias cualquier cosa ya es escandalosa. No, no hace falta echarle imaginación, simplemente contar, bajo la impunidad del anonimato, aquello que no contarías en persona. Y no, tampoco, voy a repetirlas yo, ya tengo yo mi propio repertorio que, como no soy tan anónimo, voy a reservarme.


Hale, salud.

3 comentarios:

Ciencia en Rosa dijo...

Pues sí, un "ex-punto negro" pasado a mejor vida como una módica fábrica de continua "grasilla en hilo blanco" (como lo he denominado). La fábrica sólo se activa con un espachurrado con técnica, porque no vale cualquier dirección. Por cierto, la transformación de un ente en el otro es producto de la emoción que producía el espachurrado del "ex-punto negro".
¡Ah! Si no lo espachurro se va acumulando, se engrosa algo y se pone duro. ¿¿¿??? Estoy atrapado en un círculo vicioso.
El susodicho se haya, para colmo, en la cara. Y, tras ser espachurrado, queda como un pequeño agujero-cráter.

Anónimo dijo...

Interesante artículo. yo tengo una aficción similar por la piel seca de las orejas, que se me acumula de forma golosa en el conducto auditivo formando una especie de escamas que junto al cerumen amarillento da lugar a unas bolas blancuzcas ligeramente grasientas. Es mi aportación a este contubernio escatológico. Buenos dias.

Anónimo dijo...

Un olor que me embriaga es el de las uñas quemadas después de una poda abundante sobre todo las de los tachines así como algún que otro pelo de los propios tachines o de otro lugar que al fin y al cabo todos los pelos A FUEGO huelen igualito. Me recuerda a cierto olor de las matanzas cuando una vez muerto el puerco se le quemaban las cerdas con pajas secas o similar y después se lavaba con agua caliente.

Halo Pezya-Xeborreika

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Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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