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lunes, 24 de febrero de 2014




Como cerdos en un atasco



Diez de la mañana

Atasco en Las Rozas

Parado

En la curva del cementerio

Y junto a mí un camión cargado de cerdos

Apiñados

Camino del matadero

Como metáfora del propio atasco



Nuestra muerte, quizás, es más lenta que la suya

5 comentarios:

Eloy dijo...

La diferencia entre el mazazo del verdugo en el matadero y los 100.000 picotazos de avispa que recibimos en forma de coacciones y presiones en nuestra vida cotidiana es solo una cuestión de tiempo e intensidad. El camino al trabajo en los trenes y metros madrileños abarrotados y cada vez más poblados por seres que claman por sus penurias es otra metáfora, aun por fortuna distante, de los trenes que iban camino de Auchwitch. Nuestra obligada contribución a este sistema productivo desenfrenado nos está conduciendo a la catástrofe mientras suena la música, nó de Wagner, sino de Lady Gaga. El tiempo se agota, nos caemos....

Rami dijo...

Cerca de donde vivo existe un famoso matadero de cerdos donde semanalmente matan, ¡atención!, 2 mil y pico cerdos. Y eso que desde que el descenso en el consumo de carne es evidente, los viernes se paraliza la matanza. Si hacemos cuentas, pues unos 100 mil cerdos mueren tan solo en el matadero de La Bañeza al año.
Lo que me llama más la atención, no es la muerte del animal para el consumo humano, sino los ritmos tecnólógicos, calculados con una eficiencia "clara y distinta"; la sistematicidad sin freno y el crecimiento imparable como base de la economía. Ya es impensable en Occidente ir al mercado a comprar carne y que te digan: -no, hasta la semana que viene no tenemos cerdo.
No hay frustración alguna para el consumidor. Al no ser, y esto es lo grave, que no tenga el cliente dinero para comprar.

Mr. Zanjas dijo...

Arbeit macht frei

La conversión del trabajador inservible en grasa (como si de un cerdo se tratase) es consecuencia del fracaso económico del sistema nacional socialista. El éxito económico de la socialdemocracia convierte al trabajador inservible en un engranaje más del sistema: parado o jubilado con prestación que sigue demandando bienes y servicios. Entre un sistema y otro se encuentran los que relegan a los inservibles a bolsas marginales de pobreza, bolsas cada vez más amplias que amenazan con salirse de los márgenes y convertirse en texto y foto.

Esperemos que ese texto no diga cosas como las del comienzo de este comentario, pues puestos a elegir, prefiero ser un parado con mil euros a una pastilla de jabón.

Rami dijo...

En España no solo puede hablarse de paro sin más, sino que creo que hay que hablar de un paro estructural (trabajadores en reserva) que jamás podrán integrarse en el sistema de producción. Otros parados irán con cierta temporalidad introduciéndose en el mercado porque es necesario no solo la existencia de beneficios económicos -cada vez mayores-, sino también de consumidores de los objetos producidos. Temporalidad, reciclaje, adaptación y formación son conceptos que vienen arrasando como apisonadoras en una nueva definición del ciudadano.
Sí, mejor ser un parado con lenguaje, familia, costumbres, pudor e intimidad, que un cuerpo desnutrido de toda humanidad. Dos cosas igual de indeseadas, pero distintas.

Anónimo dijo...

Viva la panceta y el choricete picantón, y viva el cerdo alegre y bonachón pero que viva libre y muera(y viva) con dignidad.

Recobé.

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Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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