Jekyll y Hyde

Bueno, como estamos en vacaciones no os voy a torturar con un largo texto, simplemente os recomendaré una lectura: "El Dr. Jekyll y Mr. Hyde", de R.L. Stevenson, autor que estoy descubriendo, y es que de jóvenes nunca hacemos caso a las recomendaciones que nos hacen, entre ellas la lectura de "La isla del tesoro", quizá a estas alturas ya hubiera leído sus principales obras. En fin, aquí os dejo un pequeño fragmento de esta monumental obra, no por lo extenso, sino por la profundidad de sus sugerencias. Dicho fragmento creo que es el filosóficamente más importante de toda la novela, más no por haberlo leído le quita la gracia. Besos y felices vacaciones.

«...Así que fue más bien la exigente naturaleza de mis aspiraciones, antes que cualquier particular degradación de mis faltas, lo que me hizo tal como era y, con una zanja más profunda que en la mayoría de los hombres, dividió en mí esas zonas del bien y del mal que separan y componen la naturaleza dual del hombre. En este caso, me vi impulsado a reflexionar profunda y persistentemente en esa dura ley de la vida que reside en las raíces de la religión y es una de las causas más frecuentes de aflicción. Aunque tan profundamente dual, no era en absoluto hipócrita; ambos lados de mí eran perfectamente honestos; era yo mismo tanto cuando dejaba de lado cualquier restricción y me sumergía en la vergüenza como cuando trabajaba, a plena luz del día, en difundir el conocimiento o aliviar las penas y los sufrimientos. Y ocurrió que la dirección de mis estudios científicos, que estaban plenamente orientados hacia lo místico y lo trascendental, reaccionaron y enviaron una fuerte luz sobre esta consciencia de la perenne lucha entre mis dos partes. Con cada día que pasaba, y desde ambos lados de mi inteligencia, el moral y el intelectual, me iba acercando cada vez más a esa verdad, cuyo descubrimiento parcial me ha condenado a una bajeza tan terrible: que el hombre en verdad no es uno, sino dos. Digo dos, porque el estado de mi propio conocimiento no va más allá de ese punto. Seguirán otros, otros que me superarán siguiendo mi mismo camino; y aventuro la suposición de que el hombre será finalmente conocido como una mera conjunción de personalidades múltiples, incongruentes e independientes. Yo, por mi parte, por la naturaleza de mi vida, avanzaba infaliblemente en una dirección y sólo en una dirección. Fue en el lado moral y en mi propia persona que aprendí a reconocer la absoluta y primitiva dualidad del hombre; vi que, de las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia, aunque pudiera decir correctamente que era cualquiera de los dos, eso se debía sólo a que era radicalmente ambas; y desde una fecha temprana, incluso antes de que el curso de mis descubrimientos científicos empezara a sugerir la más desnuda posibilidad de un milagro de este tipo, había aprendido a vivir de forma placentera, como si soñara despierto, con la idea de la separación de esos elementos. Si cada uno de ellos, me decía, pudiera ser alojado en identidades separadas, la vida se vería aliviada de todo lo que es insoportable; el injusto podría seguir su camino, librado de las aspiraciones y los remordimientos de su más elevado hermano gemelo; y el justo podría caminar con firmeza y seguridad siguiendo su encumbrado camino, haciendo las cosas buenas en las que fundaba su placer y no expuesto ya a la vergüenza y a la penitencia en manos de ese malvado ajeno. La maldición de la humanidad era que esas incongruentes gavillas estuvieran atadas juntas, que en el agónico seno de la conciencia esos gemelos polares tuvieran que estar luchando constantemente. ¿Cómo podían ser disociados?» (Dr. Jekyll)

Banzai: Mr HYDE.MP3